Escondido detrás de la playa de Collioure, Le Tremail ha estado en Collioure desde siempre y es un bastión de la cocina local. Este pintoresco restaurante es una fiel representación de la riqueza gastronómica de la zona donde cada plato es un homenaje a los sabores locales y los métodos de cocina tradicionales.

Le Tremail no destaca particularmente por su inventiva (definitivamente no están reinventando la rueda), pero hacen muchos de los clásicos bastante bien, aunque si hay demasiado trabajo, los estándares pueden bajar.

La 'Soupe de poisson' es una contundente sopa de pescado que lleva la esencia del mar en cada cucharada. Cargada con la pesca más fresca y servida con la tradicional salsa rouille, picatostes y queso: es un auténtico sabor de la Francia marítima.

La 'Assiette de la mer' cubre todas las bases con un plato de mariscos que cambia según la pesca del día, asegurando una experiencia nueva y emocionante con cada visita.

El 'filet de boeuf' está muy bien cocinado (ni demasiado crudo, pero tampoco cocido hasta la muerte), agradable y tierno y combinado con una salsa que complementa en lugar de ocultar el sabor de la carne, es una buena apuesta para los amantes de la carne.

Los 'Moules marinières' son una verdadera prueba para un restaurante (hay tantas versiones malas por ahí) es un plato clásico francés (o belga, si eres de Bélgica) que Le Trémail sirve con orgullo. Los mejillones, bañados en caldo de ajo y vino blanco, son servidos, por supuesto, con una generosa cantidad pan crujiente para mojar, además de unas ricas y crujientes patatas fritas.

'Crème Catalane' (como conocedor de este famoso postre, puedo darle el visto bueno): la superficie crujiente y caramelizada que da paso a una natilla aterciopelada es la nota final perfecta para una comida reconfortante y relajante.